lunes, 31 de octubre de 2011

BIOGRAFÍAS DE AUTORES REPRESENTATIVOS

FEDERICO GARCÍA LORCA (9818-1936)

Hace casi 60 años, el 19 de agosto 1936, murió uno de los más grandes poetas y dramaturgos de le primera mitad del siglo XX, una de las más famosas víctimas de la guerra civil española. 38 años antes, el mismo año que dos otras grandes figuras de la literatura mundial, el Americano Hemingway y el Alemán Brecht, nació en el pueblo de Fuentevaqueros en la provincia de Granada en Andalucía, Federico García Lorca.
La influencia de su región natal se encuentra en toda su obra, desde las "Primeras Canciones" hasta "La casa de Bernarda Alba", combinación de tradición secular y de modernismo del siglo XX. Un ejemplo de su interés es la Fiesta del Cante Jondo (cante tradicional del Sur de Andalusía) que organizará en 1922 con otro Andaluz, su amigo, el compositor Manuel de Falla, nacido en Cádiz. 11 Años después García Lorca participará en los representaciones de la obra maestra de Manuel de Falla, "El amor brujo", obra muy influencida por la tradición andaluz y española.
En 1914 empieza sus estudios (derecho, filosofía y letras) en la Universidad de Granada. Con su profesor Martín Domínguez Berrueta viaja por toda España y descubre los tesoros culturales del país. Cinco años después, comienza su 'carrera' de estudiante en Madrid (será estudiante aquí hasta 1928). Aquí conoce al gran poeta Juan Ramón Jiménez y al cineasta famoso Luis Buñuel. Aquí nacen sus primeras obras literarias, el "Libro de poemas" y su primera obra de teatro "Mariana Pineda". Durante ese período, intima también con el maestro catalán del surrealismo, Salvador Dalí. Se forma el aspecto moderno de la obra de García Lorca. Crea en 1928 en Granada una revista literaria: "Gallo". No habrá más que dos números, pero armarán mucho ruido en el mundo artístico español. El secundo número contiene por ejemplo un "Manifesto anti-artístico catalán" firmado por... Salvador Dalí.
Después de sus estudios en España, viaja por los Estados Unidos. Allá estudia y da conferencias en la "University of Columbia" en Nueva York. Sale también por Cuba que le impresiona mucho. Los obras de ese período están reunidas en el libro de poemas "Poeta en Nueva York". Al volver en España crea el teatro universitario ambulante "La Barraca" con lo que montan obras de los grandes maestros españoles (Calderón, Cervantes, Lope de Vega,...) por toda España. Durante un viaje por America del Sur, obtiene un verdadero triunfo en Buenos Aires en 1933. En ese momento Federico García Lorca es conocido por todo el mundo y los éxitos siguen los éxitos por sus obras de teatro: "Yerma" será representada más que cien veces.
Federico García Lorca no fué nunca de algún movimiento literario, como el dadaismo de Tristan Tzara y Guillaume Apollinaire o el surrealismo de André Breton y Salvador Dalí. Siempre negó el título de surrealista, aunque algunas características del surrealismo se encontraran en su poesía, como los asociaciones estrañas de palabras. En cambio, no usó la escritura automática como la propuso el teórico del surrealismo André Breton. En eso, se puede comparar FEDERICO García Lorca con el autor francés, nacido en Montevideo, Jules Supervielle, que también siempre rehusó el título de surrealista. Pero, lo dije, hay también un aspecto tradicional en su obra. Sus temas se inspiran a menudo de la tradición andaluz y española. Un tema que por ejemplo se encuentra en todas sus obras dramáticas mayores ("Yerma", "Bodas de sangre",...) y en una gran parte de su poesía (en el "Cancionero gitano", el "Poema del cante jondo",...). Dos poemas del cante jondo ("De profundis" y "Malagueña") serán utilizados por el compositor russo, Dmitri Shostakovich, en su diecicuarta sinfonía, un ciclo de canciones sobre la muerte. Su más hermoso libro de poemas también es inspirado por la muerte. En 1934 muere en su traje de luces Ignacio Sánchez Mejías, torero muy famoso, amigo del poeta y mecenas del mundo artístico de Madrid, matado por una cogida del toro. Algunos meses después, García Lorca compone el "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías".
Desde 1933 Federico García Lorca conoce muchos éxitos. Pero en el mismo período nubes plomizas se forman en el cielo de la política internacional. Desde hace 11 años Musolini gobierna en Italia, y en Alemania ha caído la frágil república de Weimar. El nuevo canciller se llama Adolf Hitler. La primera deflagración de violencia ocurrirá en España.
El 13 de julio 1936, José Calvo Sotelo, líder del partido monárquico "Renovación Española" es sacado de su casa y matado en un camposanto de Madrid. Comienza la insurrección de una gran parte del ejército. FEDERICO García Lorca es de ningún partido político, pero un artista moderno es, por definición (se piensa al concepto del 'arte degenerado'), un enemigo para un régimen autoritario, para ellos que interrumpirán el discurso del rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, por gritos "¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!". García Lorca huye de Madrid por Granada más tranquila. Después de una denunciación anónima es arrestado por milicias nacionalistas. El 19 de agosto es matado y su cuerpo echado en algún barranco de la Sierra Nevada.
El mismo año también muere el filósofo Miguel de Unamuno, preso en su propia casa, renegado por republicanos y franquistas, solo en el ambiente bárbaro. La guerra civil continuará tres años, causará un milion de víctimas, el exilio de centanas de millares de españoles, de casi toda la 'inteligencia' del país. El compositor y amigo de García Lorca, Manuel de Falla, lleva en 1939 por America del Sur. Morirá 7 años después en Buenos Aires sin ver su país natal de nuevo.




 Jorge Guillen

Jorge Guillén nació en Valladolid, en 1893. Fue Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Murcia y en la de Sevilla. A los 45 años -en 1938-  comienza un exilio voluntario, que le lleva a Norteamérica. El retorno definitivo a España se produce en 1977, año en que recibió el Premio Cervantes. Los últimos años de su vida los pasó en Málaga, en donde murió en 1984, a los 91 años.
La producción poética de Jorge Guillén está distribuida en cinco series -CánticoClamorHomenajeY otros poemasFinal-, y lleva el título genérico de Aire Nuestro.
Desde la primera edición, de 1928, con 75 poemas, Cántico ha ido ampliándose hasta alcanzar las 334 composiciones que constituyen la cuarta y definitiva edición, de 1950. Cántico es una entusiasta exaltación de la perfección del Universo -"el mundo está bien hecho", dice Guillén-, una exclamación gozosa ante el maravilloso espectáculo de la realidad terrestre. (Léase, desde esta perspectiva, el poema titulado "Las doce en el reloj" y la décima "Perfección").
Y si Cántico se subtitula Fe de vidaClamor -compuesto porMaremagnum (1957), Que van a dar en la mar (1960) y A la altura de las circunstancias (1963)- lleva por subtítulo Tiempo de historia. Los poemas de esta obra -editada en Buenos Aires- son un grito de protesta ante las dolorosas realidades de nuestro tiempo: guerras, dictaduras, injusticias, negocio, tiranía, muerte, explotación, etc. "El mundo del hombre está mal hecho", dice ahora Guillén.
Sin embargo, las ''discordancias' del mundo de los últimos años no hacen abdicar al poeta de su inicial postura de fe en el hombre y en la vida. A Cántico y a Clamor añade Guillén un tercer titulo: Homenaje-Reunión de vidas- (Milán, 1967), conjunto de poemas dedicados a diversas figuras de la Historia, de las Artes y de las Letras. Y tras las dos ediciones de Y otros poemas (Buenos Aires, 1973; Barcelona, 1979), la obra completa de Guillén se cierra, definitivamente, conFinal (Barcelona, 1981).

Rafael Alberti 

Rafael Alberti nace en el Puerto de Santa María (Cádiz), en 1902. A los quince años se traslada con su familia a Madrid. Hasta 1923 su actividad principal es la pintura, que cambiará pronto por el quehacer poético. En 1925 obtiene el Premio Nacional de Literatura por Marinero en tierra. A partir de 1931, y ya afiliado al Partido Comunista, empieza a trasladar a la poesía sus preocupaciones político-sociales. Como consecuencia de la Guerra Civil se exilió primero en Argentina -hasta 1962- y, después, en Italia -en Roma desarrolló tanto su vertiente creativa de pintor como de poeta-, hasta que en 1977 regresa definitivamente a España. Los avatares políticos, los cambios de residencia y el paso de los años en ningún momento han condicionado la continuidad de su labor poética y literaria.
La primera obra de Alberti, Marinero en tierra (1924), refleja la nostalgia de su tierra natal, recordada desde Madrid; y fue acogida con gran entusiasmo por Juan Ramón Jiménez ("Poesía popular, pero sin retorno innecesario:
nueva; fresca y acabada a la vez; rendida, ágil, graciosa, parpadeante: andalucísima"). Los temas y las formas populares continúan en los siguientes libros: La amante (1925>, El alba del alhelí (1927). Y si con Cal y canto (1926-1927) Alberti rinde homenaje a Góngora y cultiva además los motivos de la vida moderna en una lírica claramente vanguardista, con Sobre los ángeles (1927-1928) logra una de las obras maestras de la poesía surrealista. A sus últimos años de estancia en España previos al exilio corresponden varios libros de inspiración revolucionaria: El poeta en la calle (1931-1935), De un momento a otro (1934-1939), etc.
En su exilio americano, Alberti sigue publicando libros de extraordinaria belleza lírica, muchos de los cuales revelan la nostalgia de su patria: Entre el clavel y la espada (1939-1940), Pleamar (1944>, A la pintura (1945-1952) - bellas glosas líricas de la obra de célebres pintores -, Retornos de lo vivo lejano (1948-1956), Coplas de Juan Panadero (1949-1953), Ora marítima (1953>, Baladas y canciones del Paraná (1953-1954), etc. De su estancia en Roma sobresale la obra Roma, peligro para caminantes (1968).
Alberti es, asimismo, autor de un sugestivo libro de memorias - La arboleda perdida- y de algunas obras de teatro: El hombre deshabitado, El adefesio, et

Vicente Aleixandre

Vicente Aleixandre nació en Sevilla, en 1898. Su infancia transcurrió en Málaga, ciudad y litoral mediterráneos que tanto habían de influir en la poesía de Sombra del paraíso. Desde 1909 vivió en Madrid -que fue su lugar habitual de residencia-, en donde estudió Derecho y Comercio. En 1925, una grave dolencia- tuberculosis renal que traería como consecuencia, en 1932, la extirpación de un riñón- le aleja de cualquier actividad profesional o social y le fuerza a llevar una vida de reposo y cuidados clínicos que favorecerá su dedicación por entero a la poesía, al convertir el placer de escribir en auténtica necesidad. En 1933 obtuvo el Premio Nacional de Literatura con La destrucción o el amor, uno de los más hermosos libros de toda la poesía surrealista, que confirmó a Aleixandre como un maestro de la poesía contemporánea. En 1949 es elegido miembro de la Real Academia Española. Con la obra Poemas de la consumación (1968) logró el Premio Nacional de la Crítica. En 1977 recibe el Premio Nobel de Literatura. Muere en Madrid, en 1984.
Producción Poética
La producción poética de Vicente Aleixandre es muy extensa. Conveniencias críticas han llevado a distinguir dos claras etapas en su obra. La primera comprende un largo periodo que va desde Ámbito (obra publicada en el año veintiocho en la malagueña revista "Litoral") hasta Nacimiento último (Madrid, Ínsula, 1953); la segunda se abre con Historia del corazón (Madrid, Espasa-Calpe, 1954) y se prolonga hasta el final de su vida -Diálogos del conocimiento (Barcelona, Plaza & Janés, 1974) es uno de sus últimos libros-; pues, según Aleixandre, "el poeta sólo muere cuando muere el hombre; y entonces vive, para siempre, su poesía". El propio Aleixandre, a propósito de la índole de los contenidos de su obra, afirma: "En la primera parte de mi trabajo, yo veía al poeta en pie sobre la tierra, como expresión telúrica de las fuerzas que le crecían desde sus plantas <. . .>. En la segunda parte de mi labor, yo he visto al poeta como expresión de la difícil vida humana, de su quehacer valiente y doloroso". Así pues, la propia Naturaleza y el vivir humano son, respectivamente, los protagonistas de una y otra etapa de la obra poética de Aleixandre.
<José Luis Cano, en la Introducción a Espadas como labios y La destrucción o el amor -editorial Castalia, colección Clásicos Castalia, núm. 43- ha caracterizado con certeras palabras lo esencial de las dos etapas de la poesía de Vicente Aleixandre: "En la primera ha creado Aleixandre un poderoso mundo poético, perfectamente diferenciado, en el que las fuerzas cósmicas elementales -fuerzas telúricas, misteriosas en su elementalidad radical: la tierra, el mar, el sol, el fuego, el viento, la selva...-, se sienten como arrebatadas por un fuerte impulso de fusión -o confusión en expresión de Dámaso Alonso- que persigue la unidad amorosa del mundo. En ese afán de comunión amorosa no están solas, pues los animales, y también el hombre -el hombre elemental, el hombre de los campos o las selvas, no el de la ciudad- participan de ese común impulso amoroso de ardiente solidaridad cósmica. Pero a partir de Historia del corazón se abre una segunda etapa en la poesía aleixandrina, en la que esa pasión cósmica, esa visión amorosa de la naturaleza en su pujante libertad, son sustituidas por un nuevo tema central: la consideración del vivir humano, la solidaridad con el esfuerzo y el drama de ese vivir, en su dimensión temporal e histórica: vivir del poeta mismo en primer lugar, pero también del pueblo, del país al que pertenece. Pudiéramos decir, pues, que en la primera etapa de la poesía de Aleixandre, el protagonista es el Cosmos, la Creación, la Naturaleza, y el hombre no es sino una de las fuerzas elementales que la naturaleza despliega e impulsa en su afán amoroso unificador. Mientras que en la segunda etapa, la Naturaleza deja de ser protagonista y se retira al fondo de la escena, volviendo a su viejo papel de paisaje, y dejando al hombre que se adelante a un primer plano y ocupe el papel de protagonista, de héroe, en la representación poética de una vida que siempre consiste, como ha dicho el poeta, en amar, sufrir, soñar, morir." Cita ésta de José Luis Cano -en las páginas 18 y 19 de la aludida edición- demasiado larga, pero que, excepcionalmente, reproducimos por su indiscutible claridad>.


PEDRO SALINAS

nació en Madrid, en 1891. Cursó Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid (Licenciado en Letras, en 1913; Doctor, en 1917). Estuvo en la Universidad parisina de La Sorbona, como Lector de Español, entre 1914 y 1917; y allí conoció directamente la poesía francesa moderna, de la que recibirá cierta influencia. Fue Catedrático de Literatura Española de la Universidad de Sevilla (1918), y después en la de Murcia. Durante el curso de 1922-1923 es nombrado Lector de Español en la Universidad inglesa de Cambridge. De vuelta a Madrid, trabaja en el Centro de Estudios Históricos con el equipo de investigadores dirigido por Menéndez Pidal, y en donde prepara ediciones de clásicos y escribe ensayos de crítica sobre literatura española contemporánea. Participó activamente en la creación -en 1933- de la Universidad Internacional de Verano de la Magdalena (Santander), lugar de encuentro de ilustres profesores de diferentes países y un selecto grupo de estudiantes. En Madrid, imparte clases en la Escuela Central de Idiomas. Aunque no desarrolló actividades políticas, sus ideas liberales le llevaron a exilarse voluntariamente durante la Guerra Civil, y se trasladó a los Estados Unidos de América, en donde ejerció la docencia en distintas universidades. Desde 1942 a 1945 fue profesor de la Universidad de San Juan de Puerto Rico. Recorrió otras muchas universidades de todo el continente americano como conferenciante o profesor visitante, y viajó, asimismo, por diversos países europeos, aunque ya no volverá a pisar tierra española. Murió en Boston, en 1951. Por voluntad propia, sus restos descansan en San Juan de Puerto Rico, en el cementerio de Santa Magdalena, frente a un mar de incomparable belleza.
Los primeros libros de Salinas -Presagios, 1923; Seguro azar, 1929;Fábula y signo, 1931- se inscriben en la línea de la poesía "pura", bajo la influencia de Juan Ramón Jiménez; aunque no faltan en ellos, particularmente en Fábula y Signo, temas futuristas, nuevos en la creación poética. Pero son La voz a ti debida (1933) -título tomado del verso 12 de la Égloga III de Garcilaso de la Vega: "pienso mover la voz a ti debida;"- y Razón de amor (1936) las obras cumbres de Salinas, con las que el tema amoroso, presente en los tres libros anteriores, irrumpe en la poesía de la época desde posiciones claramente antirrománticas. Pocos líricos castellanos han sabido ahondar en la naturaleza misma del sentimiento amoroso con la sutileza de Salinas, para quien el amor, en vez de sufrimiento, es una prodigiosa fuerza que está presente en la realidad de cada día y da sentido a la propia vida y al mundo.

GERANDO DIEGO


nació en Santander, en 1896. Su figura humana y su obra literaria son extraordinariamente versátiles: poeta, profesor, critico literario, articulista en la prensa diaria, musicólogo, pianista, pintor...; y autor de cuarenta libros poéticos originales que le convierten en una de las figuras más destacadas de la poesía del siglo XX.
Fue Catedrático de Literatura en Institutos de Soria, Gijón, Santander y Madrid. En 1932 apareció su famosa antología Poesía española, obra de capital importancia en la historia de la poesía española anterior a la Guerra Civil, y en la que se recogen composiciones -y testimonios acerca del concepto de poesía- de los poetas de la Generación del 27, de la que Diego forma parte. En 1947 ingresó en la Real Academia Española. Son numerosos los premios que ha recibido; entre ellos, el Nacional de Literatura -en 1925, por Versos humanos; premio que comparte con Rafael Alberti y su Marinero en tierra-, y el Cervantes -en 1979-. Murió en Madrid, en 1987.
La versatilidad de Diego le ha permitido simultanear la poesía de vanguardia -Diego es el máximo representante español del Creacionismo- y la poesía clásica o tradicional; y en ambas direcciones poéticas se advierte una cualidad constante: el dominio absoluto de la forma, cualquiera que sea el tipo de verso elegido.
Diego se inicia en el mundo de la poesía con tres libros -escritos en 1918- de gran sencillez y grata musicalidad: Iniciales, El Romancero de la novia y Nocturnos de Chopin -libro este último que revela la capacidad del poeta para relacionar música y poesía-. El espíritu vanguardista del poeta está presente en varios libros: Evasión -escrito entre 1918 y 1919, y considerado ultraísta-; Imagen (1922) y Manual de espumas (1924) -adscritos al Creacionismo; libros de poesía originalísima, al margen de toda lógica y de cualquier referencia a la realidad inmediata. A este tipo de poesía alude el poeta cuando afirma: "Creer lo que no vimos dicen que es la Fe; crear lo que nunca veremos, esto es la Poesía."; Fábula de Equis y Zeda -obra escrita entre 1926 y 1929, en pleno fervor gongorino; sucesión de imágenes disparatadas, en sextetos de gran musicalidad-; y Poemas adrede -en donde se hace patente la influencia del surrealismo; intento de aunar la expresión tradicional con la vanguardista-; surrealismo que alcanza también a algunos de los poemas de Ángeles de Compostela (1940).
Los mejores libros, dentro de la vertiente tradicional, son, sin duda, Versos humanos (1925) y Alondra de verdad (1941); obras que incluyen sonetos de insuperable perfección técnica, como los titulados "El ciprés de Silos", "Giralda", "Insomnio", "Revelación"...
En sus libros posteriores sigue manifestándose la aguda sensibilidad para la belleza y el sentido musical que ha presidido siempre el quehacer poético de Gerardo Diego. Dentro de los libros de "paisajes" destacan -además de Alondra de Verdad y Ángeles de Compostela- Soria (1923), Paisaje con figuras (1956), Mi Santander, mi cuna, mi palabra (1961) y Vuelta del peregrino (1966). La lírica amorosa de Diego se concentra en libros como Amazona (1956), Amor solo (1958), Canciones a Violante (1959) y Sonetos a Violante (1962). La lírica religiosa está recogida en Versos divinos (1971) -obra que incluye el libro juvenil Viacrucis (1931), donde hallamos décimas algo frías y demasiado elaboradas, pero llenas de esencias populares-. La afición de Diego por la música origina una de sus grandes composiciones: Preludio, aria y coda a Gabriel Fauré (1967), en la que Diego ha sido capaz de transmitir con sus versos la fuerza expresiva de la música. Y de su pasión por los toros dan testimonio los libros La suerte o la muerte (1963) y El cordobés dilucidado (1966).




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